Crítica Norway

norway-2 Ya hay premio para el vampiro con menos glamour y sobreactuado de la historia del cine, el chupasangres interpretado por Vangelis Mourikis posee todos los elementos para poner de los nervios al espectador mas entregado tanto por el trabajo del director y guionista en lo que a la creación del personaje se refiere como en la propia interpretación del actor. Yiannis Veslemes no solo se muestra del todo incapaz de crear un protagonista con la fuerza necesaria para que llegue al espectador haciendo a este participe de las aventuras en las que el vampiro se verá envuelto si no que por desgracia también se muestra incapaz de contener a su actor lo que nos lleva a pensar que no ha habido un correcto trabajo de preparación de los personajes con los actores ya que no hay ningún tipo de explicación que justifique tal sobreactuación.

Es una lastima la idea de llevar a los vampiros a la Grecia del 1984 para rodar una metáfora del auge de los totalitarismos resulte del todo fallida por culpa de una historia carente de fuerza y que posee tal cantidad de momentos vacíos que hacen del visionado de esta cinta algo realmente tedioso y donde el espectador se plantea si Veslemes sabe que quiere hacer con la historia que nos esta contando ya que esta parece no avanzar hacia ningún sitio. A todo esto hay que sumar la confusión en la que el director parece sumirnos ya que en muchos momentos somos incapaces de encontrar sentido a ciertos personajes que pululan por la pantalla. Probablemente para disfrutar “Norway” haya que saber un poco de la historia reciente de Grecia para poder entender todo aquello que el director y guionista quiere explicarnos (Al menos eso me gustaría pensar) o simplemente no hay que esperar absolutamente nada de esta película, si las expectativas están por los suelos es imposible que te decepcionen, por desgracia un servidor había leído demasiadas cosas buenas sobre la cinta de Veslemes y la hostia que me llevé fue de campeonato.

“Norway” falla en todas sus aspectos, no funciona ni como película de vampiros, ni como crítica a la sociedad griega y mucho menos como una cinta que llegado el momento de no saber que hacer con ella acaba por convertirse en un absoluto descontrol, una idea de olla sin ningún sentido. Curiosamente llegado este punto es cuando “Norway” se convierte en un espectáculo muy entretenido gracias al sentido del humor que impregna a esta última parte de la película y sobre todo por ver como al director se le ha ido la historia completamente de las manos regalándonos unos delirantes 20 últimos minutos pero para llegar a este punto no hacía falta ver a Zanos bailando y explicándonos su especial filosofía de vida: A pesar de ser un vampiro y de que su corazón dejó de latir hace ya mucho tiempo este esta obsesionado con la música y necesita bailar constantemente si la música deja de sonar su corazón acabará parándose, tampoco era necesario rellenar el escaso metraje de la película con una sobre saturación de escenas en la discoteca, una discoteca que según el barman nunca se llena pero curiosamente vemos repleta de gente bailando en varios momentos (Si hace un par de años en el Festival de Cine de Sitges coincidieron un par de cintas como “Holy Motors” o “Cosmopolis” en los que coincidía un elemento tan poco común como una limusina, este año “Norway” y la muy sobrevalorada “What we do in the shadows” presentan sendos bares para vampiros donde el escaso ambiente que hay en ellos no invita precisamente a entrar)

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El año pasado Jim Jarmusch dirigió su genial y muy moderna “Only lovers left alive” donde este nos presentaba a unos vampiros cansados de su existencia y de todo lo que los rodea donde la música y la literatura ya no les llena. El cine del director americano es uno de esos tipos de cine que o gustan mucho o se rechazan de pleno no tanto a su estética si no por culpa de ciertas conversaciones demasiado trascendentales que por momentos pueden estar salpicadas de un punto de pedantería. Es probable que esta “Norway” pueda definirse como una cinta menor que ha crecido a la sombra de la obra de Jarmusch, la música y el vacío vuelven a estar presentes en esta película (En un momento Ana le dice al protagonista de la película si es un vampiro o un poeta) aunque obviamente la obra de Veslemes se queda a años luz de aquello que quería explicar y exponer Jarmusch en su cinta, aun así esta “Norway” nos deja alguna gran escena gracias a una buena colocación de la cámara y una exquisita fotografía como la enfermiza escena de sexo con mascaras antigás que es de lo mejor que nos deja la obra de Veslemes. Si Jarmusch fue capaz de darles a sus vampiros hipsters un toque encantador, el director griego se muestra incapaz de hacer lo mismo y no consigue que las palabras que ha escrito suenen creíbles en boca de su protagonista llevando al espectador a la más absoluta desesperación.

Pero si sobre todo hay una película que nos viene a la cabeza al ver este “Norway” esta es “L’âge atomique” de Héléna Klotz donde los protagonistas de esta cinta recorren la noche parisina de bar en bar diciendo trascendentales frases que sirven para explicar su filosofía de vida para acabar deambulando por el bosque en lo que podría considerarse como una metáfora de un viaje interior. La cinta de Yiannis Veslemes posee la misma idea en lo que a la hora de construir la historia se refiere, sin la pomposidad de los diálogos de los personajes creados por Klotz, el director griego sitúa a sus personajes en un bar durante gran parte de la cinta hecho este que servirá para conocerlos no solo a ellos si no también su especial filosofía de vida y al igual que hacia la directora francesa, Veslemes volverá a usar la idea del bosque para perder a sus personajes en medio de la nada por lo que volvemos a estar ante ese mismo concepto de metáfora.

“Norway” es una película totalmente fallida. A pesar del encanto de ciertas escenas, del uso de un tren de juguete para narrarnos el viaje del protagonista, el uso de algún decorado claramente forzado que intenta dar un toque de irrealidad a la cinta o los distintos colores y tonalidades de la sangre de los protagonistas, esta resulta muy aburrida a pesar de su escaso metraje (poco menos de hora y cuarto) dando la sensación de que Yannis Veslemes no tenia historia para rellenar tantos minutos. Un personaje protagonista capaz de poner de los nervios a más de uno es lo peor de la película. Personalmente esta cinta me parece del todo prescindible pero como se suele decir para gustos los colores…

Lo mejor: La escena de sexo con mascaras antigás.
Lo peor: La sobre actuación del protagonista.


Título: Norway – Norviyia

Año: 2014
Género: Terror – Fantástico – Drama
Duración: 73 min.
Director: Yiannis Veslemes
Guión: Yiannis Veslemes
Música: Yiannis Veslemes
Interpretes: Vangelis Mourikis, Sofi Zanninou, Markos Lezes, Alexia Kaltsiki, Yiannis Bostantzoglou, Daniel Bolda, Vasilis Kamitsis
Sinopsis: Zano es un vampiro que llega a Atenas con la intención de divertirse y conocer a alguna mujer. El hedonismo y la música son las grandes pasiones de Zano pero cuando conozca a Ana y al noruego Peter su existencia dará un giro radical…