Crítica La Reina Victoria
Siglo XIX. Inglaterra. Guillermo I muere y una inexperta joven de 19 años hereda la corona. Tanto su madre, como su tío Leopoldo de Bélgica, quien trata de casarla con uno de sus sobrinos, intentan manejarla para hacerse con el poder. Pero estos no son los únicos problemas de la nueva reina, su juventud provoca tiranteces en el parlamento inglés.
El canadiense Jean-Marc Vallée nos acerca a los primeros años de reinado de Victoria de Kent, encarnada por una Emily Blunt que se muestra muy convencida dentro de su papel. Pese a no ser muy conocida ha participado en films como Conociendo a Jane Austen, La guerra de Charlie Wilson o El diablo viste de Prada. Destacan también por su interpretación Jim Broadbent (El diario de Bridget Jones) como Rey Guillermo, una aparición corta, pero intensa, y Rupert Friend (El niño con pijama de rayas) como el Príncipe Alberto.
Con un ritmo muy homogéneo, el film narra los hechos con fidelidad a la historia real, pero sin ahondar demasiado en ellos, algo que le hace perder fuerza al largometraje. Cabe destacar, como suele ser en las cintas sobre esta época, el extraordinario trabajo de vestuario y decoración.
Astaroth