Crítica La invención de Hugo Cabret
Género: Aventuras.
Dirección: Martin Scorsese.
Intérpretes: Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Asa Butterfield, Chloë Grace Moretz, Ray Winstone, Emily Mortimer, Christopher Lee, Helen McCrory, Michael Stuhlbarg, Frances de la Tour, Richard Griffiths, Jude Law, Kevin Eldon, Gulliver McGrath, Shaun Aylward.
Origen: Estados Unidos (2011).
Duración: 126 minutos.
Formato: 35 mm – 3D.
Clasificación: ATP.
Estreno: 9 de febrero 2012.
Calificación: Muy buena.
El cine es el lugar donde se fabrican los sueños y si hay alguien indicado y con talento para introducirnos a ese mundo, no podía ser otro que Martin Scorsese. La invención de Hugo Cabret será sin dudas un deleite para los amantes del cine y, más allá de ser un film de aventuras con un despliegue visual soberbio magnificado por el gran uso del 3D, en el fondo es un sentido homenaje a Georges Méliès en particular, pionero del medio, y al séptimo arte en general. Aquí el director pone en juego todo su amor y la pasión por lo que hace para brindarnos una historia realmente emocionante y llena de magia, de esas que solo se pueden experimentar en una sala de cine.
Ambientada en la París de 1920, la historia sigue las alternativas de Hugo Cabret (Asa Butterfield), un niño que luego de la muerte de su padre (Jude Law) vive clandestinamente dentro de una estación de trenes. Un día en la vida de Hugo consiste en robar algo de comida para sobrevivir mientras evita la mirada siempre atenta del despiadado inspector de la estación (Sacha Baron Cohen), además de intentar sacarle engranajes a Papa Georges (Ben Kingsley), quien posee una juguetería en el lugar. Hugo también pasa gran parte de su tiempo oculto detrás de los relojes de la estación, dándoles cuerda y aceitándolos, aunque su principal objetivo es reparar un robot autómata que su padre le dejó antes de morir y que encierra un gran misterio para él.
A los pocos minutos de película, nuestro protagonista tiene un encuentro nada agradable con Papa Georges cuando lo sorprende intentando robar un juguete, lo que lleva a Georges a confiscar la libreta de Hugo como castigo, un objeto de mucho valor sentimental para él. A partir de allí el film contará dos historias paralelamente: una será la aventura de Hugo con la hija de Georges, Isabelle (Chloë Moretz), para descifrar el misterio del autómata y, por otro lado, se explorará la vida de Méliès, la cual Scorsese utiliza como puente para mostrarnos como comenzó la magia de esto llamado cine. El director nunca le da prioridad a un arco argumental por sobre otro y es por eso que el film funciona tan bien, con la aventura por un lado y las referencias a obras pioneras como Viaje a la luna por el otro.
A nivel técnico el film es impresionante, aquí el director no solo impone un estilo visual imponente con el increíble diseño de producción de los sets, sino que utiliza la tecnología 3D de manera brillante para hacer todo más espectacular y visualmente abrumador. En cuanto a las actuaciones el film cuenta con dos grandes proyectos de actores como Asa Butterfield y Chloë Moretz, que le aportan toda su frescura e inocencia a la historia. Sacha Baron Cohen no solo es un gran relevo cómico sino que también muestra su lado más oscuro y, por último, tenemos al gran Ben Kingsley, que le da toda clase de matices al personaje de Méliès y realmente es una delicia verlo actuar tan extraordinariamente.
La invención de Hugo Cabret es emocionante por su historia así como por el subyacente homenaje a la magia del cine. No hay dudas que esta es una película muy personal para Scorsese, que con sus referencias quizá aliente a mucha gente a investigar para ampliar su conocimiento dentro de este maravilloso arte. Pero, lo que es más importante, es que Hugo nos recuerda porqué amamos el cine, ese mundo donde durante unas horas todo puede suceder.
Autor: Soypocholero