Crítica Hanna

Excelente película la de Joe Wright. Intrigante y trepidante historia de una joven, hija de u ex agente de la C.I.A. que es adiestrada y convertida en el “agente secreto” perfecto por su padre.

Un adiestramiento castrense, que obedece a la necesidad de sobrevivir ante la amenaza de muerte que recae sobre ellos debido al abandono repentino de la organización por parte del padre de la protagonista en un pasado reciente. Una organización que trata de localizar a su ex miembro y liquidarle, evitando así que revele secretos de estado muy peligrosos en manos enemigas. Incapaz de retener más a su hija, ansiosa de conocer otra vida, en su refugio finlandés, ambos emprenden la vuelta a la civilización y afrontan su destino luchando bravamente contra él.
Su única salida, acabar con su enemigo antes de que él acabe con ellos. Por separado, pero con un objetivo común, emprenden su vuelta al mundo real.
Por el camino, Hanna, adiestrada para sobrevivir en condiciones extremas, sabedora de más de diez idiomas y diestra en casi todas las materias del conocimiento, va a descubrir cosas que no se aprenden en los libros. Sentimientos como la amistad y el amor, que en su aislamiento nadie pudo enseñarle. Conocerá gente normal en su largo camino con la que compartirá experiencias y sentimientos hasta ahora para ella desconocidas.

En mi opinión es una historia tremendamente tierna escondida tras un frío guión de espías. Un cuento en el que una princesa recluida en su castillo y protegida de todos los peligros, decide vivir una vida real y total con todos los riesgos y alegrías que ello conlleva. Es la eterna decisión entre vivir entre algodones a la vez que dejamos de sentir emociones o vivir la vida con sus cosas buenas y malas. Ella decide vivir, aunque para ello deba poner en peligro su propia vida.

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