Crítica Ghadi
Digamos que esta ha sido una de las películas que menos me ha costado valorar. Fué instantáneo. Tal y como aparece el fundido en negro característico que precede a los títulos de crédito finales, tenía muy claro como la había percibido y por extensión como definirla: Bella.
No desearía ponerme muy académico porque entre otras cosas traicionaría el vehículo fundamental por el que considero a esta película esencialmente bella, que no es otro que la sencillez. En el caso de que sí, vayan por delante mis disculpas de antemano.
Pese a tratar el film un tema como el síndrome de Down y los problemas sociales y familiares que esta alteración genética conlleva en las personas que lo padecen, a diferencia de otros autores que seguramente le marcarían un acentuado cariz dramático y, quizás, de denuncia social, el director Amin Dora ofrece un relato que rebosa optimismo, de un carácter inocuo y nada agresivo pero al mismo tiempo le dota de gran fuerza e imaginación en su mensaje. Probablemente Alejandro Jodorowsky definiría esta obra como sanadora, porque la belleza sana y te acerca a Dios.
Como ya he dicho antes su gran virtud es la sencillez con la que desarrolla la película y que le permite dirigirse directamente a la sensibilidad del espectador a traves de los sentimientos y no de la razón, algo que sabiendo que se trata de una película libanesa se pueda encontrar una explicación ya que aporta un punto de vista oriental mas orientado a ver al ser humano más alla del contexto, digamos, “utilitario” que practicamos por estas latitudes occidentales.
El protagonista de este film es Ghadi, un niño, como ya he expuesto antes, con sindrome de Down. Vive junto a sus padres en un pequeño pueblo del Líbano a unas cuantas decenas de kilometros de Beirut. Aunque sus padres son del pueblo, se deben enfrentar a los problemas con sus convecinos ya que los gritos del pequeño Ghadi alteran la tranquilidad y la convivencia de sus habitantes. Un pueblo humilde, sencillo y religioso. A partir de este último aspecto se construye una una historia para permitir que Ghadi sea considerado de otra manera…lo demás lo dejo para que lo descubráis vosotros.
La película se mueve con mucha naturalidad y agilidad en todo momento, en esencia se trata de un cuento y así en conjunto está narrado. Todos los personajes son excepcionales, pese a su sencillez rebosan riqueza y demuestran estar muy bien trabajados creando escenas de gran intensidad que quedan impregnadas en nuestra mente. En muchos momentos me recuerda poderosamente a la inolvidable obra maestra de “Cinema Paradiso”. Si alguien que me lee la ha visto, entenderá muy bien a lo que me refiero, ya que esta película contiene todas esas virtudes que antes he mencionado para Ghadi.
Desde luego he de decir que para mí esta película tiene un valor muy grande y que trasciende quizás a su calidad puramente cinematográfica. Dado los tiempos que corremos donde la información que recibimos nos arroja una perspectiva apocalíptica y de una espesa oscuridad, donde el mismísimo diablo palidecería y se aterrorizaría ante el catalogo de atrocidades perpetradas por el ser humano, he decir que esta película resulta necesaria para mostrarnos como hay que leer el mundo y transformarlo de una maldición a una bendición que es lo que en esencia es.
En definitiva, se trata de un bellísimo cuento donde congraciarnos con nosotros mismos y mostrarnos como construir un paraíso sin necesidad de pasar a otra vida.
Autor: Carlos Gómez