Crítica Why don’t you play in hell?

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play-hellBendita locura la de Sion Sono con su “Why don’t you play in hell?”. El autor de la soberbia y elefantiásica “Love Exposure” vuelve a dejar patente parte de sus obsesiones en otra cinta donde los excesos y la excentricidad son manejadas por el director japonés de una manera muy inteligente mezclando la comedia con la acción, los yakuzas con unos estudiantes obsesionados con el cine y la violencia mas extrema y festiva con pinceladas de romance. Un grupo de jóvenes que quieren grabar la película japonesa mas grande jamás rodada con el que para ellos es el nuevo Bruce Lee, una joven antigua promesa infantil venida a menos, su padre un yakuza que quiere que su hija protagonice una película como regalo a su madre que se sacrificó por ellos, su rival obsesionado con la hija de este y el pringado que se ve envuelto en toda esta espiral de locura son los personajes que usa Sono para narrarnos esta muy entretenida cinta.

Los personajes que en un principio nos pueden llamar tanto la atención no son tan novedosos como podríamos llegar a pensar. Ese joven obsesionado con dirigir una película de acción parece una copia del interpretado por Denis Moschitto en “Kebab Connection” de Anno Saul. Ambos personajes quieren rodar una gran película, su obsesión y su pasión les ciegan y les impide ver la realidad, pero mientras Saul usa esta idea como una excusa para mostrar el miedo al compromiso en una cinta que acaba derivando en la muy típica y disfrutable historia de amor, Sono solo utiliza a su personaje como un mero elemento narrativo para llevar a la película con una mas que absoluta falta de descaro a su terreno, hacia el exceso por el exceso mismo pero realizado de una manera tremendamente inteligente que hace que a los espectadores nos resulte realmente fácil disfrutar con su película. Tampoco los dos operadores de cámara resultan tan novedosos. Ambos personajes parecen sacados de la imaginería del que fuera gran icono del cine independiente americano Kevin Smith y especialmente de “¿Hacemos una porno?” (“Zack y Miri make a porno”). Tanto en el caso del director y el protagonista de la película de Anno Saul como en el de los personajes de los operadores de cámara y la cinta de Smith, estos podrían saltar de una película a otra sin que lo notáramos (De hecho tanto en “Why don´t you play in hell?” y “Kebab Connection” nos encontramos con una escena casi calcada donde los protagonistas muestran con todo su entusiasmo un trailer o un anuncio ante el estupor o incluso el hastío de alguno de los personajes que asisten a la proyección)

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Mucha gente ha comentado la comparación entre la cinta de Sono y el “Kill Bill” de Quentin Tarantino, no ya tanto por la composición y estructura de ciertas escenas de ambas cintas si no por el notable uso de la música del que hacen gala ambos directores en sus películas. Pero no solo hemos de acordarnos de Tarantino y su “Kill Bill” a la hora de ver “Why don´t you play in hell?”, para ser justos también tendríamos que acordarnos de “Milocrorze” de Yoshimasa Ishibashi donde el uso de la música es igual de notable que el que hizo el director americano en su película (Por mucho que nos llegara en dos partes yo sigo considerando a “Kill Bill” en su conjunto) y donde en muchos momentos en este aspecto la cinta de Sono esta mucho mas cerca de la Ishibashi que de la de Tarantino pero tal vez el desconocimiento de “Milocrorze” que solo se ha podido ver en ciertos festivales hace que muchos no puedan tener un referente tan claro como este.

Con todos estos referentes podríamos pensar en la falta de originalidad de Sono pero el director japonés tiene una arrolladora personalidad como para ser capaz de desarrollar a los personajes dentro de un terreno marcadamente personal, excesivo y aunque disfrutable posiblemente demasiado hermético para muchos, para todos aquellos que no sean capaces de aceptar los excesos. Y es que esta cinta puede tener curiosamente en sus puntos a favor también sus puntos en contra: su excentricidad, su sentido del exceso a la hora de abordar la historia y en especial ciertas escenas de la misma o la peculiaridad de los personajes que aparecen en pantalla pueden levantar tantos elogios como reacciones en su contra. Si algo deja claro Sion Sono con “Why don`t you play in hell?” o “Love Exposure” es que si quieres entrar en el juego que propone se puede disfrutar de su cine de una manera que nunca pudiste llegar a imaginar, pero estamos ante un cine ante el que si te cierras en banda puedes llegar a considerar una excesiva broma del mal gusto. Mi consejo es acercarse a esta cinta sin prejuicios, con ganas de dejarse llevar y con ganas de disfrutar de una experiencia cinematográfica como esta.

Lo Mejor: La parte final de la película, realmente notable y un resumen de las obsesiones de Sono
Lo Peor: Que haya gente que no pueda o no quiera entrar en el juego que propone el director.

Título: Why don’t you play in hell?
Año: 2013
Genero: Acción – Comedia
Duración: 129 min
Director: Sion Sono
Guión: Sion Sono
Música: Sion Sno
Interpretes: Hiroki Hasegawa, Gen Hoshino, Akihiro Kitamura, Jun Kunimura, Fumi Nikaidô, Tak Sakaguchi, Tomochika, Shin’ichi Tsutsumi
Sinopsis: Un grupo de jóvenes obsesionados con rodar una película de acción, dos clanes de yakuzas enfrentados, una antigua niña prodigio venida a menos, la madre de esta condenada a pasar 10 años en la cárcel y un pringado que pasaba por ahí se mezclan en esta alocada cinta donde los destinos de todos convergerán en un mismo punto.