[Crítica] Vacaciones en Roma
Cabría pensar que puede estar fuera de lugar hablar sobre una película de los años cincuenta ,mandando así a un segundo plano cualquier estreno actual. Pero no nos dejemos engañar por el año del film. El tema tratado es de candente actualidad y moraliza sobre algo que preocupa aún hoy en día y que no tiene pinta de parar; famoso vs paparzzi.
La estupenda Audrey Hepburn es una joven princesa que anda de visita por Europa. Tras un tour agotador, recepciones, entrevistas y demás eventos protocolarios, la joven y su sequito llegan a la última estación de su gira; Roma. Una ciudad alegre, joven y dinámica. Una ciudad que invita a disfrutar, a sentirse joven. La joven princesa no es ajena a esto y cansada de una vida llena de protocolo, disciplina y rigidez, decide tomarse una noche sabática y disfrutar la noche romana. Esa noche conocerá a un hombre, Gregory Peck. Un periodista americano afincado en Roma que se verá en la encrucijada de tener que elegir entre conservar la amistad de su nueva amiga la princesa o dar un empujón a su carrera a costa de traicionar esta nueva amistad.
Como podemos observar este es un tema de rabiosa actualidad. Esta disyuntiva se da día sí día también en los programas del corazón de la televisión.
A parte de toda esta disyuntiva ética, hemos de fijar nuestra atención en la protagonista de la cinta; la gran Audrey Hepburn. Fantástica, la reina del glamour. Pasen los años que pasen ella seguirá reinando. Un estilo atemporal la avala. No importa la época, muchas le han imitado pero ninguna le ha superado. Cuando alguien achaca la falta de estilo de una persona al tiempo que le tocó vivir, es necesario que pensemos en Audrey y convengamos si esa excusa se sostiene o se derrumba como un castillo de naipes. Evidentemente cae por su propio peso.
Maravillosa cinta que en definitiva que nos sirvió para descubrir al icono universal de la moda en un entorno de belleza y majestuosidad eterna como eterno será su reinado en el “ fashion universe ”.