[Crítica] The Collector

De vez en cuando somos testigos de alguna sorpresa cinematográfica inesperada. Esta vez de lado del género de Terror. No había hecho el suficiente caso a esta película cuando empecé a saber de ella, pero un día dije de agenciármela y verla, y, sinceramente, cuanto disfruté. The Collector es una mezcla de Sólo en casa, las geniales trampas de aquella primera Saw, y de esas películas de locos psicópatas cegados con arruinar la vida de una noble y estable familia. Batimos todo esto, como si estuviéramos en plena faena en la cocina de casa, y sale la magnifica e impactante The Collector de Marcus Dunstan, guionista y director esta vez. Que ya puestos, también decir que ha escrito la frikada de Feast (muy recomendable para frikis), sus secuelas y las tres últimas entregas de Saw (que no tengo el gusto de haber visto).

The Collector se centra en la historia y “paquete” de un habilidoso ex convicto llamado Arkin (Josh Stewart) que intenta saldar una deuda con su ex mujer (Daniella Alonso) desvalijando la casa de campo del nuevo jefe de ésta. Por desgracia para el ladrón, un psicópata ha secuestrado dentro a la familia y ha creado una especie de laberinto repleto de de trampas mortales. Arkin, reconvertido en un héroe a la fuerza, intentará rescatar a las personas a las que minutos antes intentaba robar y, de paso, salir sano y salvo del edificio.

Ya en los primeros lances de la película podemos presagiar que algo sucederá en la casa, pero aún oliéndote algo, sinceramente, no puedes llegar a imaginarte ni lo más mínimo, lo que en breves minutos vas a presenciar. Momentos atroces y de auténtico terror. Después de un reconocimiento de la casa en horas de trabajo, un aviso a un empresa de exterminio sobre un brote de avispas en el invernadero, y un cigarrito que sirve para la reflexión, dar consejos, y una inesperada y excesiva damnificación. Se abre un pastel de sangre y suspense, que casi puedes llegar a atragantarte.

La película de Marcus tiene un momento crítico y no es otro que, el momento en el que Arkin baja al sótano y se encuentra con los dueños de la casa. Estos aún exhaustos y sin poder ver quien les ha amordazado, golpeado y dejarlos sin conocimiento. Despiertan y descubren que su obrero con las manos ensangrentadas, está delante de ellos intentándolos convencer, de que nada es lo que parece, etc… Sin duda, un momento álgido de la trama.

The Collector nos sorprende por la cantidad de trampas que llegamos a ver. Por su finalidad tan alucinante, como por la manera que tienen de ejecutarse. Me viene a la cabeza cientos de fichas de domino en fila de a uno, y la irresistible fuerza de darle a la primera para que el resto sea cosa de segundos, pero esta vez, bañado todo en un mar de sangre y carne troceada. Sin ir más lejos, la secuencia en la que Arkin se encuentra sujeto por la espalda y manos, con finos y delicados anzuelos (que pericia, no?) La catapulta infernal, que es sencillamente brutal. O las trampas para osos por todo el comedor sin dejar un hueco para una simple y pequeña hormiga. Todo es un amasijo de trampas preparadas, y otras que vienen según la situación y lo existente, muy macabras e inteligentes, pero que por su complejidad, cuesta creer que en tampoco tiempo se haya preparado tal circo.

Es posible que una película de esta temática esté muy vista y mascada, pero creo que nos equivocaríamos si fuéramos con esa predisposición. Ala, otra más de estúpidas y rebuscadas trampas. En este caso, yo me dejé llevar y francamente, disfruté viéndola hasta su final. Es cierto que no se deben de tener tantos prejuicios siempre que quieras ver algo, porque terminas dándote en los morros.