Crítica Redención (Tyrannosaur)

El primer largo del consolidado actor Paddy Considine llega a la cartelera de forma silenciosa, al contrario que se presentaría el dinosaurio que anuncia su título original. Y si comenzamos por el título, hay que decir que ”Tyrannosaur”  define mucho más el espíritu real del filme que nuestra tibia traducción, digna de presenciar lo que ha venido ocurriendo los últimos meses, en los que la película amenazaba con estrenarse, pero nunca lo hacía. Porque hay que recordar que la película venía de llevarse, entre otros premios, la mejor dirección en Sundance en 2011, en una trayectoria que culminó con el BAFTA revelación en la categoría de nuevos artistas audiovisuales.

Pues bien, diré que tales premios son más que justos, para una producción tan barata como arriesgada. Y es que en los primeros cinco minutos de ”Tyrannousaur” observamos como su protagonista mata a su perro. ¿Podría ser más complicada la ecuación de inicio? Evidentemente, comprobamos al instante que la apuesta se las trae. Lo mejor, es que Paddy Considine sabe remontar ese momento.

Poco a poco descubrimos de qué nos quiere hablar: de la violencia. Pero no de una violencia gratuita y fácil. No. Se trata de la violencia que anida en cada uno de nosotros, de seres primitivos. Una violencia que como seres racionales y sociales inhibimos, algunos con más éxito que otros. Pero que, todos poseemos, y podemos llegar a invocar y ponerla en práctica si algo o alguien nos conduce a tal extremo.

Todo esto bajo un prisma doble de brillante interpretación: con Peter Mullan, que ha perdido el baremo para saber cuándo ha de aplicar su rabia; y Olivia Colman, improvisado encuentro del primero que lucha contra la misera existencia y marido que le han tocado vivir, y con una moral católica férrea. En ese encuentro, cada uno trata de convencer al otro de los motivos de sus existencias. Y aunque resulta inefectivo en un primer momento, sentimos que paulatinamente las almas van convergiendo gracias al sufrimiento común que los dos se empeñan en esconder.

La película, temáticamente no tiene mucho más, entre otros motivos porque no se trata de un ejercicio ensayístico o de exposición, sino más bien de descubrimiento. Y eso, para mí la hace la novedad más interesante del anterior fin de semana, para los que tengan ganas de experimentar con los viejos fondos de la crudeza humana pasados por un perspectiva puramente cinematográfica.