Crítica Intocable por Tyler Durden

Entrañable, divertida, tierna y descarada comedia francesa bañada por una banda sonora deliciosa que envuelve un trasfondo social y moral, emotivo y tremendamente optimista.

Las sublimes interpretaciones de los dos actores protagonistas, se encuentran con las cámaras como testigos para hacer las delicias de un público, que queda prendado y un poco atónito con la relación que se establece entre Philippe, un adinerado hombre de negocios tetrapléjico, y Driss, un joven negro de baja clase social y en paro que acude a su casa en busca de trabajo.

La llegada de Driss cambia la vida de Philippe y la perspectiva de aquellos que le rodean. Con optimismo, descaro, humor y toneladas de ternura, el joven se gana la confianza y el cariño de todos. Consigue lo que nadie había conseguido ni se había atrevido hasta ahora, hacer que Philippe se viese y se mostrase ante todos como una persona nueva, con ganas de vivir renovadas y sin sentirse una carga para los demás. Mediante una relación sin eufemismos, de tú a tú, sin doble moral y donde a las cosas se les llama por su nombre, Driss consigue que su jefe se tome su enfermedad con humor, que vuelva a coger las riendas de su vida. Que vuelva a sentirse una persona capaz de vivir todo aquello que se había olvidado de vivir y que aunque su enfermedad no le impedía hacer, su propia autocompasión y la de los demás le hicieron olvidar. Rescatar la relación con su hija, volver a salir con mujeres, sentir que, aunque con ayuda, es capaz de hacer cualquier cosa que se proponga.

Una banda sonora impecable nos acompaña y nos guía a través de la historia.
Como buena película francesa posee una música que sin estridencias ni alardes mece la historia y se hace parte de ella. No te das cuenta de ella, pero si desapareciese la película estaría del todo incompleta. Tiene lo mejor que puede tener una banda sonora elegancia y discreción, lo que le hace ser parte de la historia y no un mero aderezo de ella.

Por todo esto es completamente normal que la cinta francesa haya sido y esté siendo un éxito de crítica y público. Esto no suele pasar muy a menudo y suele estar reservado para obras maestras donde prácticamente no hay nada que objetar por parte de entendidos y aficionados.