Crítica Cruce de caminos (The Place Beyond the Pines), de Derek Cianfrance
No tiene suerte con los estrenos en nuestro país el director norteamericano. Si Blue Valentine, pese a haber contado con varias nominaciones a los Oscar no se estrenó hasta un par de años después, el mismo camino lleva su último trabajo tras las cámaras, planificada para septiembre de 2013, cuando hayan pasado exactamente 12 meses desde la fecha en que se pudo ver en Estados Unidos por primera vez en el Festival de Toronto, si bien esta vez no llegó a las salas hasta el mes de abril.
En lo que sí puede sentirse afortunado el director es en el reparto con el que trabaja. Si en su anterior película tanto Ryan Gosling como Michelle Williams acapararon la mayoría de críticas positivas, ahora no solo repite con uno de los actores de moda tras títulos como Gangster Squad o Los idus de Marzo, sino que se entrega a un experimento narrativo con otro actor importante del momento como es Bradley Cooper, muy reforzado tras los últimos Oscars. Con secundarios como Eva Mendes o Ray Liotta, el director teje un drama repleto de tensión contado en tres partes bien diferenciadas, cada una de ellas con una serie de protagonistas relacionados entre sí.
Cianfrance no juega con el tiempo, cuenta su historia de manera lineal, saltándose unos años cuando lo considera necesario; pero sí que va variando el punto de vista, optando por planos cercanos y muy personales, que siguen al protagonista de cada set piece con la cámara pegada al hombro. En ese aspecto hay bastante cámara en mano, pero nada queda confuso en la pantalla, sino todo lo contrario. Me recuerda a la forma en que Darren Aronofsky filmó a Mike Rourke en El luchador, incluso recurriendo a los planos secuencia.
Luke Glanton, el personaje interpretado por Gosling, recuerda un poco al protagonista de Drive, en el sentido de que posee una habilidad para el manejo de las motos y es un tío parco en palabras, taciturno, algo violento, siempre con el pitillo en la boca, pero de buen corazón. Su única preocupación es velar por el hijo que acaba de descubrir, fruto de una relación un año antes con una camarera, una Eva Mendes muy desmejorada, que ha rehecho su vida con otro hombre. Luke abandona su trabajo en una feria ambulante para poder criar a su hijo y proveer para su familia, aunque para ello tenga que delinquir. En esta primera parte hay varias secuencias muy potentes de robos a bancos y persecuciones, con la cámara casi en primera persona. Un suceso tiene lugar entre el joven alocado y un policía también novato, interpretado por Cooper, alejado de sus papeles más famosos en comedias como Resacón en Las Vegas o El equipo A, aquellos personajes carismáticos donde de verdad puede brillar.