Crítica Blancanieves y el Cazador (2012), de Rupert Sanders
Es extraño como con breves periodos de tiempo, se les ocurre a las grandes productoras realizar proyectos sobre el mismo tema. Ocurrió ya en el pasado con películas como Armaggeddon/Deep Impact o Bichos/Antz, y ahora vuelven a coincidir con diferencia de apenas unas semanas tanto “Blancanieves” (Mirror, Mirror – Tarsem Singh) como la que nos ocupa “Blancanieves y la leyenda del cazador” (Snow White and the Huntsman – Rupert Sanders).
Para empezar cabe destacar como se tienen que ganar el pan los encargados de darle un título en español a los títulos extranjeros: la primera por obviar el “Espejito espejito” que hace referencia a la madrastra y que le da así un punto de vista distinto, pero no, aquí en un ejercicio de cabezonería se ponen del lado de la buena, titulándola “Blancanieves”. En el segundo ejemplo, lo que simplemente sería “Blancanieves y el cazador”, aquí le incluimos una “leyenda” ya no a Blancanieves, que es la protagonista del cuento infantil, sino al cazador, cosa que una vez vista la película, me pregunto si alguien me sabrá decir cuál es la leyenda que deja este señor en los libros de palacio.
Centrándonos en la película y una vez vista, me da la sensación de que toda ella es un quiero y no puedo. Sus primeros veinte minutos son bastante agradables y con bellos planos, como los nevados iniciales, pero conforme avanza la cinta, uno tiene la sensación de varias cosas: primero, que el guión o bien era muy flojo, o bien sufrió drásticos tijeretazos en el montaje, ya que por un lado varias son las escenas que requerían de un tempo que no han tenido y por otro ocurren varias “casualidades” de aquellas que no gustan ver en una pantalla para que la película avance (véase el caballo blanco). Además ninguno de los personajes exceptuando quizás el interpretado por Theron (el personaje más cuidado con diferencia en todos sus apartados) está bien definido o presentado. No son personajes entrañables ni poliédricos y eso le acaba pasando factura al resultado final (sobre todo con algún personaje que acaba muriendo y no nos importa en absoluto, cuando parece que el efecto que buscaban era el contrario).
Otra de las sensaciones que me deja la película es que pese a lo dicho, está cuidada en su concepción y que han querido hacer una película diferente y mejorada a lo que nos dice el resultado final. Su ambientación es elegante, así como su fotografía o vestuario, departamento que ha realizado un gran trabajo sobre todo y como ya he dicho, con el personaje de la malvada Ravenna (Charlize Theron).
Y por último, lo que pensé durante varios momentos del film, es que si esta historia hubiera sido convertida en una serie de televisión de una o dos temporadas, el resultado hubiera sido muchísimo más gratificante, aprovechando de esta manera mucho mejor el recorrido que hacen los personajes y los bellos parajes desaprovechados que terminan por estirar la película.
En cuanto al director de “Snow White and the Huntsman” Rupert Sanders este es su primer film, tras varios trabajos publicitarios de marcas conocidas como Nike, Axe o Guinness y cuatro cortometrajes que podéis ver si os interesa en su propia página web www.rupertsanders.com.
La sensación que me deja el joven director es que por ser su primer film y como máximo responsable, ha querido innovar y dejarse notar para bien, llegándolo incluso a conseguir en algunos chispazos de ingenio (el plano inicial de las tres gotas de sangre y la rosa o algunos dedicados al personaje de Theron como en el baño de leche o la caída a su morada tras una pelea, herida como cuervo) hace que se le vean maneras, pero por otro lado y quizás por ser novato, haya sido manipulable por la productora, que le ha podido imponer aquello que ellos querían ver. Todo esto es un supuesto, pero su trabajo de grandes altibajos, me deja esa amarga impresión.
En el apartado actoral la balanza se inclina hacia el aprobado, aunque muchos de los puntos los gane Charlize Theron (en varias ocasiones la única que mantiene a flote la empresa). Los enanos, los cuales estarían muchísimo más aprovechados en esa hipotética serie de televisión, son carismáticos hasta cierto punto: no sabemos nada sobre ellos, no nos los han presentado en su día a día ni sabemos siquiera sus nombres, pero nos inspiran confianza al saber quiénes son sus intérpretes. Actorazos de la talla de Toby Jones, Bob Hopkins o Ian McShane, junto a otros como Nick Frost hace que todo resulte más fácil para el espectador. Sus presencias, aunque no sean conocidos para el gran público en general, hacen que esos enanos sean la mar de graciosos sin saber por qué.
Si vamos bajando el nivel nos encontramos con Chris Hernsworth, que interpreta al consabido cazador “legendario” y que está correcto sin más. Quizás un flashback de su pasado nos hubiera dado a todos mayor empatía que la que acabamos teniendo por él, pero su abanico interpretativo no se le adivina muy amplio, ya que en alguna que otra ocasión, el espectador no sabrá si tiene enfrente al cazador o a Thor a punto de sacar el martillo.
Y por último con la que se supone protagonista del relato, aunque ya en los carteles promocionales la dejan a un lado, nos encontramos a Blancanieves, interpretada por Kristen Stewart, cuya presencia me figuro que estaba pensada para que el rango de edades más juveniles hicieran acto de presencia en las plateas, una actriz que siempre ha sido limitada y que aquí no lo iba a ser menos (ni más). Siempre con cara de extrañeza se limita a ir donde le mandan y a pelear cuando la ocasión lo requiere, pero una actriz de mayor solvencia hubiera dado mayor empaque al conjunto para un personaje a priori tan importante.
Como conclusión, la película es propia de la media de temporada de verano, entretenida sin más para ser este tipo de producto. Desaprovechada en muchas ocasiones y con un ritmo espantoso que tenían que haber corregido en montaje tiene también cosas interesantes que puede importar sobre todo a aquellos que se dedican a departamentos artísticos y técnicos como los comentados al principio, ya que es ahí donde más virtudes pude apuntar. La balanza queda nivelada al final y aunque pasará sin pena ni gloria y será olvidada unos días después, “Blancanieves y la leyenda del cazador” es un buen plan para una noche de verano sin más pretensiones que las de pasar un rato entretenido.
Lo mejor: Charlize Theron, los apartados técnicos de la película y algún apunte creativo del director.
Lo peor: El guión, muy flojo o muy mutilado, nunca se sabe. Y el ritmo de la película, muy desigual.
PD: Atentos a los que vean la película a una frase de Nick Frost (uno de los enanos) cuando en el último tercio del film, quieren entrar sin ser vistos en el castillo de la malvada Ravenna: podría resumir perfectamente lo que es en general, el cine actual americano.
Autor: Enrique León
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