Crítica Berserk: La Edad Dorada: El Advenimiento (2013), de Toshiyuki Kubooka
Última parte de esta trilogía que adapta uno de los arcos argumentales más importantes del manga Berserk, de Kentaro Miura. Su primer episodio, El Huevo del Rey Conquistador, nos situaba en un mundo medieval de ambientación europea donde Guts, un sanguinario mercenario muy hábil con una espada de enormes proporciones, era reclutado a la fuerza por Griffith, el jefe de la Banda del Halcón, los mercenarios más temidos del momento. Ya en su segunda parte, La batalla de Doldrey, las hazañas de los Halcones les han permitido ganarse la confianza del Rey de Midland, en lucha contra el país vecino desde hace más de cien años. Sin embargo esta segunda parte acababa de manera sorprendente: Guts no se siente cómodo en esta vida de servidumbre y decide abandonar a sus compañeros, lo que exige un nuevo duelo con Griffith para poder liberarse. Contra todo pronóstico, Guts vence con facilidad a su jefe y se marcha, dejando a Griffith en un estado de desesperación que le lleva a cometer un tremendo error: colarse en la alcoba de la princesa real y seducirla, provocando la ira del rey que lo encarcela y somete a tortura, mientras decreta que los Halcones sean exterminados.
Advenimiento comienza un año después de estos acontecimientos, con la vuelta de Guts a la Banda en uno de los momentos más críticos de ésta. Kiaska se ha convertido en su capitán y los ha mantenido vivos todo este tiempo, pero se encuentra en el límite de sus fuerzas. Guts sigue siendo el mejor en su trabajo y una vez aclarados sus sentimientos con Kiaska –su complicada relación amor-odio se ha decantado por lo primero-, decide liberar a Griffith de las garras del rey. El rescate y posterior huida nos ofrece de nuevo una muestra de esta producción tan cuidada, aunque lo mejor está todavía por llegar. Hasta ahora la historia parecía moverse alrededor de las ambiciones de un hombre, Griffith, decidido a reinar a toda costa. Los elementos sobrenaturales que hemos visto han sido con cuentagotas y todos en la primera parte: el Huevo que lleva al cuello Griffith se supone le dará suerte para lograr su objetivo y Guts se enfrentó a un ser inmortal en combate singular que le vaticinó su muerte cuando Griffith realizara su sueño más querido. El antiguo jefe de la Banda es ahora un ser tullido que tras años de tortura ha perdido la lengua y la movilidad de su cuerpo y todos reconocen el poco tiempo que le queda. En un último intento desesperado de terminar con su vida, acaba reencontrándose con el Huevo que perdió, que en medio de un eclipse los transporta a él y a sus compañeros a otra dimensión, donde comienza la parte complicada de la historia.
Griffith ha sido seleccionado para convertirse en el quinto de un grupo de demonios, pero para ello tendrá que sacrificar aquello que más quiere, que no es otra cosa que sus compañeros y amigos, algo que acepta. Toda esta parte es espectacular, en su ambientación y en el giro que toma la historia con la traición del líder natural de la Banda. Hasta el último momento Guts intenta salvarlo de los demonios, sin comprender realmente la situación. Unas huestes de demonios menores atacan y masacran a todos los miembros de la Banda, dando lugar a increíbles enfrentamientos. Una vez Griffith renace en su nueva condición, perdona la vida a Guts solo para torturarlo y masacrarlo un poco más, cebándose en Kiaska y obligándole a presenciarlo todo, hasta que un misterioso personaje aparece de la nada y los saca de allí. La película acaba con Guts mutilado, recuperándose de sus heridas y siendo tutelado por el caballero desconocido que le ha salvado. Kiaska ha perdido la razón después de las vejaciones sufridas y con el eclipse da comienzo una era de oscuridad sobre la Tierra, que se puebla de criaturas infernales.
Sin duda la película más cruenta y salvaje de todas, desagradable incluso en algunas partes, pero muy potente en su historia y en cómo está contada, en un ambiente demoníaco muy cuidado. La trama principal concluye aquí, pero se trata de un punto y aparte que probablemente siga contándose en forma de anime de aquí a poco tiempo. En su totalidad la trilogía es una muestra de lo mejor de la animación actual nipona, que sin recurrir al 3D logran una perfección técnica muy alta, con escenarios preciosistas llenos de detalle, personajes cuyo desarrollo está muy cuidado –no solo el trío protagonista, sino algunos de sus compañeros en la Banda, que tienen sus momentos- y una acción rápida que no deja lugar a dudas sobre lo que está pasando. El tono adulto también es una característica a destacar: hay mucha sangre, muerte y cuerpos destrozados, hay sexo, torturas y criaturas demoníacas. El coctel es explosivo, pero funciona y deja con ganas de saber más, de cómo continuaran las aventuras de este mercenario al que todo el mundo odia nada más verlo y al que abandonamos en su momento más difícil.